FORO INTERNACIONAL: COMUNICACIÓN Y CIUDADANÍA

El enfoque de género en la comunicación

Intervención de María Victoria Polanco, presidenta de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC)

Lo que les voy a platicar -como se dice en Centroamérica- parte de una experiencia no solo personal, sino también institucional. Desde la semana pasada fui elegida presidenta de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC). Una cuestión bien interesante, es que la posición que yo tengo justamente en este momento, es reflejo de una perspectiva de género que se da al interior de la organización, de unos planteamientos que se empiezan a hacer relacionados con lo social, desde el interior de la organización, y hacen que en una organización de este nivel, una mujer pueda estar en la dirección, propuesta desde el mismo movimiento de mujeres al interior de la organización.

Para quienes no conozcan lo que es AMARC, rápidamente voy a conceptualizar lo que significa AMARC, para desde allí hacer nuestro planteamiento en relación con la perspectiva de género en la comunicación. AMARC es una organización no gubernamental de carácter internacional. Pero más que eso, decimos que es un movimiento social de trabajadores y trabajadoras de las radios comunitarias asociativas, libres, participativas, alternativas, en distintas partes del mundo, que se estructura en una red mundial de intercambio de servicios y de proyección política.

AMARC tiene dentro de sus retos el pasar muchas fronteras. Por un lado, las fronteras geográficas: AMARC como organismo internacional recoge radialistas y personas vinculadas a los procesos de comunicación y democracia en todos los continentes: Europa, Africa, América Latina y el Caribe, Europa del Este, Oceanía. Nuestro reto, en este momento, constituye Asia: entramos en el trabajo en el continente asiático y también en el Oriente Medio.

Otras fronteras que estamos cruzando dentro de la Asociación tienen que ver con la frontera lingüística. La idea es que dentro de este proyecto de comunicación quepan todas las voces, en todas sus lenguas y en todos sus idiomas. Trabajamos desde el quichua hasta los idiomas que se puedan presentar dentro de esta gran comunidad plural que constituye AMARC.

La otra frontera tiene que ver con la frontera legal. Es la lucha de AMARC por el reconocimiento de los medios comunitarios dentro de las nuevas legislaciones internacionales. Ello nos ha llevado a afianzar nuestra presencia en los distintos organismos de las Naciones Unidas. AMARC, es un organismo de carácter consultivo en el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, mantenemos también relación también con otros organismos, particularmente con la UNESCO, con la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra y con los organismos encargados de regular las telecomunicaciones.

Otra frontera sobre la cual trabajamos tiene que ver con la frontera técnica: ayudando a asumir el viraje tecnológico, lo que significa la incorporación de las nuevas tecnologías en esta época de la globalización.

El otro punto es la frontera mediática: el como construir coaliciones con otras organizaciones y movimientos que buscan la democratización de la comunicación. En ese sentido hemos impulsado la Carta de Comunicación de los Pueblos con otras organizaciones. Estamos participando en la mesa MacBride de Comunicación y estamos también participando en la iniciativa de la plataforma de superación en comunicación y democratización liderada por la WACC que tendrá un importante evento a finales de este año en Europa.

Todos estos puntos hacen que dentro de la Asociación, en la medida en que la comunicación desde los medios alternativos y comunitarios adquiere cada vez más legitimidad social y reconocimiento jurídico -por supuesto, con todos los problemas que implica la concentración cada vez más fuerte de mercado- el derecho humano a la libertad de expresión y por la democratización de la comunicación sea un objetivo fundamental de la organización. En este sentido, hablar del derecho humano a la comunicación es hablar del derecho de todas las personas, es hablar del derecho de los hombres y de las mujeres a la comunicación.

Hemos trabajado generalmente el enfoque de género desde las propuestas que han venido del movimiento de mujeres. Creo que es ese un reconocimiento político que es importante hacer público al movimiento de mujeres a nivel internacional. Si hoy en día podemos hablar de género en todos los aspectos de la vida política, social y en la comunicación lo estamos haciendo porque ha sido una reivindicación y una bandera que se ha levantado desde el mismo movimiento de las mujeres, y que con mucha fuerza se está trabajando en muchas partes.

Hablar de enfoque de género y comunicación pensamos que nos debe llevar a replantearnos la relación a esos dos conceptos que nos unen y se complementan : comunicación y género. La propuesta, entonces, es pensar qué concepto de comunicación utilizamos, si nosotros pensamos que la comunicación es un objeto mismo de transformación de la sociedad y los sujetos -hombres y mujeres- que la conforman.

Entendemos la comunicación no solamente referida a los medios como aparatos culturales y tecnológicos, sino la comunicación como una práctica social de acción e interrelación de los sujetos, hombres y mujeres. Entendemos la comunicación como proceso que identifica y resuelve conflictos sin negar las diferencias, como proceso que involucra directamente a las personas para mejorar la calidad de vida, enmarcado en un planteamiento de justicia social. Entendemos la comunicación como un modelo que atraviesa lo social, lo económico, lo cultural, lo político y posibilita la construcción de instancias democráticas de participación, porque entendemos que una sociedad que aspire a ser democrática debe basarse en la comunicación como un derecho de todas y de todos.

Por eso, entender el género desde la comunicación significa entender el género desde toda la vida política, económica, social y cultural de los pueblos, e implica entender el género dentro de su gran dimensión en el concepto de la equidad. Entonces, nos situamos en el género desde una perspectiva de equidad, que en el campo político nos lleva, por un lado, a profundizar nuestras propuestas desde y hacia las mujeres, pero también desde y hacia el resto de la sociedad. Consideramos importante, si hemos visto que la comunicación no pasa solamente por los medios sino que se instala en los procesos, que todos los días estemos haciendo el ejercicio de replantear nuestras propuestas políticas en relación con ello.

¿Qué tanto se inscribe nuestro trabajo en los intereses y necesidades cotidianas de quienes constituyen la población más vulnerable, llámense hombres, mujeres, niñas, niños? ¿Qué tanto realmente está nuestro trabajo como comunicadores, como organizaciones de comunicación, como movimientos sociales, inscrito dentro de esos intereses y necesidades? ¿En qué ámbitos nos movemos y cuál es el impacto del trabajo que realizamos? ¿Cómo se manifiesta esa contradicción entre el tamaño muy grande de nuestros propósitos y el alcance de nuestras propuestas? ¿Qué tanto estamos realmente revisando las diferentes metodologías de trabajo para que podamos asumir un debate muy amplio en términos políticos sobre las maneras de ver el género, las manera de ver lo alternativo, la forma de ver la tecnología?

¿Qué significado tiene que se exprese nuestro trabajo cuando hablamos de dimensión o perspectiva de género? Sí, se ha construido mucho la perspectiva de género desde el mismo movimiento de mujeres, pero entendemos que, conservando espacios propios y autónomos que visibilicen la diferencia, es necesario que en este momento nos abramos a un diálogo constructivo y propositivo, donde tenemos que entender que una propuesta de género es una propuesta de equidad, y una propuesta de equidad tiene que instalarse, necesariamente, en la lucha por la democratización de la comunicación, que es la lucha por la democratización de la sociedad.