Convocatoria
del Foro Internacional: Comunicación y Ciudadanía
       
Uno
de los grandes desafíos que enfrenta la humanidad en este fin de
siglo es la democratización de la comunicación.
El
propio impacto que ésta viene registrando en todos los órdenes
de la vida, hace que ya no se trate de un asunto que concierne tan sólo
a los especialistas o profesionales involucrados directamente en este campo,
sino de un desafío ciudadano.
Con
el impresionante desarrollo de tecnologías y técnicas de
comunicación que se ha producido en los últimos tiempos,
se han establecido posibilidades nunca antes vistas para que los habitantes
de la tierra puedan comunicarse, pero paradójicamente nunca como
hoy la incomunicación se ha convertido en un problema planetario,
debido, entre otras razones, a que se han profundizado los desbalances
e inequidades en la administración de dichos recursos.
En
efecto, por el mismo hecho que las innovaciones registradas en el campo
de la comunicación constituyen uno de los pilares de los cambios
en curso, éste se ha convertido en un sector de punta y altamente
rentable, generando una dinámica que acentúa la concentración
monopólica en todas sus esferas. Y esto no sólo se circunscribe
al cálculo de los beneficios económicos, sino que además
se expresa de manera contundente en las orientaciones mismas del curso,
formas y usos de las técnicas y tecnologías de la comunicación.
Bajo
este contexto, los medios de comunicación han reforzado su tradicional
condición de factor de poder, al punto que hoy han asumido roles
de control social que antes desempeñaban otras instituciones. Ahora
resulta común que sean ellos quienes determinen qué es lo
que tiene pertinencia social o no, quiénes merecen ser considerados
o no actores sociales, etc., distorsionando seriamente la vida democrática.
Si la ciudadanía no toma cartas en este asunto, el peligro de la
implantación de "fascismos mediáticos o informatizados"
bien podría dejar de ser una eventualidad.
El Derecho a la
Comunicación
Es
un criterio universalmente aceptado que la vitalidad de la democracia depende
de la participación ciudadana. Habría que añadir que
para que esta participación se dé efectivamente, resulta
fundamental que los diversos sectores ciudadanos estén debidamente
informados y puedan expresar sus particulares puntos de vista al conjunto
de la sociedad. Y esta condición democrática solamente puede
garantizarse con la democratización de la comunicación.
Para
decirlo en otras palabras, precisamente porque la comunicación es
un proceso social fundamental, resulta un imperativo democrático
que en ella prevalezca el principio de igualdad, en todos los niveles,
entre quienes intervienen en tal proceso. Más aún cuando
los medios y sistemas de comunicación constituyen un factor decisivo
en la formación de sujetos sociales y culturales. De ahí
que la responsabilidad social no puede subordinarse a los intereses empresariales
y particulares de quienes controlan tales recursos.
Uno
de los aportes más significativos a la humanidad que registra el
presente siglo es la consagración universal de los derechos humanos,
en tanto expresan una evolución en la defensa de la dignidad de
la persona. En este marco, como resultado de las luchas sociales se han
logrado importantes avances en el reconocimiento de que el convivir social
pasa por la redistribución de los bienes materiales. De cara a las
nuevas realidades corresponde ahora luchar por la redistribución
de los bienes simbólicos, lo cual implica consagrar el Derecho a
la Comunicación.
La
celebración del cincuentenario de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos se presenta como una oportunidad para reflexionar
sobre los desafíos que en esta materia plantean las nuevas realidades
del mundo contemporáneo, dentro de los cuales indudablemente se
inscribe la democratización de la comunicación.
Una Iniciativa
Ciudadana
Con
el propósito de establecer un punto de encuentro de los más
diversos estamentos sociales para articular propuestas y acciones en favor
del Derecho a la Comunicación y potenciar las iniciativas y movimientos
que vienen actuando en pro de la democratización de la comunicación,
propiciando su confluencia, del 9 al 11 de septiembre del presente año,
se realizará en San Salvador, El Salvador, el Foro Internacional
Comunicación y Ciudadanía.
Tratándose
de una "causa común", esta iniciativa ha sido concebida
bajo el carácter de autoconvocatoria por parte de las diversas organizaciones
e instituciones que se sientan interpeladas y que en tal medida la inscriban
como parte de sus respectivas agendas y planes de acción.
En
esta línea, propugna una participación amplia y plural que
congregue a medios de comunicación, gremios periodísticos,
sectores académicos, organismos de derechos humanos, organizaciones
y movimientos sociales y ciudadanos, instituciones de desarrollo, etc.
Cita que no solo se extiende al evento en tanto tal, sino a la fase preparatoria
en curso y al seguimiento que se desencadene. Se trata, en suma, de una
dinámica procesual para estimular intercambios, reflexiones y debates,
y sobre esa base adecuar condiciones para afinar consensos, tender puentes
y articular un espacio común de enriquecimiento mutuo.
OBJETIVOS
DEL FORO
 
El
propósito central del Foro es generar un proceso de reflexión
y acción ciudadana, a escala internacional, para afirmar derechos
en el plano de la comunicación en tanto elemento fundamental de
todo proceso democrático. De manera más concreta plantea:
- Reunir
actores sociales de diversas esferas de la sociedad civil para reflexionar
juntos sobre la relación entre comunicación, ciudadanía
y democracia.
- Desarrollar
propuestas con relación a los derechos en el campo de la comunicación
y promover acciones destinadas a colocar estos derechos en la agenda de
los movimientos sociales.
- Articular
un espacio para el intercambio sectorial e intersectorial sobre comunicación
y ciudadanía en áreas como: los derechos humanos, la investigación
académica, la ética en el periodismo, la perspectiva de género
en la comunicación, etc.
- Fomentar
el intercambio en torno a experiencias, propuestas y acciones que se inscriben
en la democratización de la comunicación.
- Sensibilizar
a la opinión pública sobre estos temas y su pertinencia para los
procesos democráticos.

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