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La iglesia de la Compañía de Jesús es, sin lugar a
dudas, el mayor y mejor ejemplo del arte Barroco de la Escuela Quiteña
y uno de los mayores monumentos de esa corriente estética en la
América Hispánica y en todo el mundo. Construida de acuerdo
al modelo de la Iglesia del Gesú romano, del cual toma la división
en tres naves y la estructura básica de la disposición de
los diversos componentes de la fachada, La Compañía de Quito
introduce matices e, incluso, nuevos elementos, fruto del trabajo de nuestros
artesanos coloniales, indígenas educados en las Escuelas de Artes
y Oficios que por entonces había en la ciudad.
De las manos y la cosmovisión de nuestros indígenas, de la
fusión de esa visión del mundo con los conocimientos artesanales
de las escuelas citadas y del contacto de esas concepciones ancestrales
con la cultura española surgiría este nuevo tipo humano,
que habita hoy la mayoría de ciudades y pueblos de la América
Latina: el mestizo. Su condición de ser nuevo, de pertenecer al
presente y estar más pendiente de las incertidumbres futuras antes
de las tradiciones del pasado, su condición de ser diverso de todo
lo existente habría de traducirse en sus manifestaciones concretas
y, de manera superior, en las expresiones estéticas de su espíritu.
Desde su origen, y hasta las fechas presentes, la Iglesia de La Compañía
ha sido testigo del devenir de estos seres que buscan una identidad que
los diferencie y los caracterice. Frente a su fachada, que mira majestuosa
la antigua Carrera de la Catedral, hoy llamada calle García Moreno,
más de una manifestación política, mas de un dolor
social, más de una amor naciente y mucha, muchísimas historias
pequeñas, cotidianas, de esas que no se cuentan en los libros donde
Historia va así, con mayúsculas, pero que sustentan los grandes
giros del mundo y mantienen la razón de ser de los hombres y mujeres
de carne y hueso.
Y los propios muros de calicanto o adobe han sentido el peso de estos ya
casi quinientos años de transcursos y destinos cruzados. Temblores
y terremotos, incendios y grandes lluvias, la mano impasible y a veces
cruel de la naturaleza no ha dejado de señalar el rastro de su paso
sobre el rostro de La Compañía. Especial estrago causó
el terremoto de marzo de 1987.
Conscientes de la importancia histórica, estética y espiritual
del edificio, un grupo de instituciones del país han unido desde
entonces sus esfuerzos para rescatar La Compañía y conservar
para las gentes que nos sigan en el tiempo este tesoro Universal. Es un
camino difícil, y los problemas están a la orden del día.
El mayor ejemplo de lo frágil y efímero de esta labor se
dio cuando, en un accidente lamentable, se produjo el incendio del Retablo
de San Francisco Javier. Recuperarlo es una tarea posible, pero serán
necesarios algunos años para lograrlo.
Con el fin de colaborar de manera directa en los diversos trabajos que
se realizan para la restauración del templo, tanto en los aspectos
arquitectónicos como en los de conservación de obras de arte,
la Comunidad Jesuita, representada por su provincial, el P. Allan Mendoza,
ha creado la Fundación Iglesia de La Compañía. Con
la participación directa de la Comunidad que es dueña de
este tesoro Colonial, se espera garantizar el seguimiento que requiere
un proyecto de esta importancia, una vez que se concluya. Hasta tanto,
el trabajo de la Fundación será colaborar y apoyar en todos
los trabajos que se deban realizar para recobrar en todo su esplendor la
gran Iglesia del Barroco Quiteño.
De forma importantísima, la Fundación Iglesia de la Compañía
quiere ser un espacio en el cual queden involucrados e imbricados todos
los esfuerzos que se dirijan hacia el templo y su mantenimiento. Solo con
la participación de la sociedad, solo con el aliento y el apoyo
de esas almas, que alguna historia deben haber pasado frente a la fachada
de la García Moreno, podemos recuperar esta gran parte de nuestra
memoria artística y social que es la Iglesia de La Compañía
de Jesús.
F U N D A C I O N I G L E S I A D E L A C O M P A Ñ I A Benalcazar 562 y Sucre - Teléfonos: 581-895, 281-639 y 584-175 - Telefax: 581-895 Quito - Ecuador e-mail : ficj@ecuanex.net.ec |